Piense en una empresa que alcanza sus objetivos de producción y márketing al mismo tiempo. Esto sólo puede ocurrir cuando la empresa puede dictar términos: cuándo, a qué precio, con qué calidad y cuánto deben comprar sus clientes. Es decir, cuando la Empresa ejerce un control absoluto sobre sus clientes. Suponga que esta empresa tiene el mismo poder sobre sus proveedores y es capaz de dictarles cuánto, cuándo, qué calidad y a qué precio tienen que enviar.
Considere ahora el caso del un exportador. El comprador solicita cien mil camisas a entregar en siete días, insiste en que su personal de control de calidad esté presente en las plantas de producción y fija un precio con la condición de : "o tomas o lo dejas'. Este caso nos muestra a una empresa no "competitiva". Considere ahora el caso de un exportador que sabe que pase lo que pase va a alcanzar sus objetivos de marketing. Él decide la cantidad que entregá, la fecha, la calidad y el precio y se puede permitir el lujo de decir: "lo toma o lo deja?",. Seguramente esta hipotética empresa opera en competencia monopolistica y este es el motivo por el que en el BMS la competitividad se define como la capacidad de dictar términos a los compradores y a los proveedores teniendo en cuenta los objetivos genéricos de márketing y producción.
Ninguna empresa puede alcanzar este extremo a menos que se un monopolio y esté asegura de permanecer como monopolio en el futuro inmediato. La diferencia entre una empresa competitiva y una empresa no competitiva es que la empresa competitiva puede imponer las condiciones de cantidad, tiempo, calidad y coste a sus compradores y proveedores, mientras que la empresa no competitiva no puede.
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