Ahora ya sabe que la exportación puede suponer una carga más pesada para sus finanzas que la que soportaría en el mercado doméstico. El modo en que se libera de esta carga es, naturalmente, recibiendo el cobro de sus clientes de modo que un ciclo de exportación servirá para financiar el siguiente.
Queda claro que es posible que el tiempo transcurra entre el momento en que usted ha tenido que empezar a gastar recursos para producir y enviar los productos hasta el momento en que los recursos empiezan a entrar en la empresa peude llegar a ser bastante largo. Por ello es posible que usted requiera pequeñas financiaciones para mantener un nivel adecuado de efectivo y es precisamente lo que muchos países proporcionan: "planes de financiación de exportaciones".
Básicamente podemos hablar de dos fuentes de financiación disponibles: 1) la financiación tradicional de los bancos y 2) la financiación ligada a pedidos de exportación ya confirmados. La mayor parte de los pequeños negocios no se pueden permitir el lujo de financiar sus exportaciones basándose en ampliaciones de capital, créditos o emisión de acciones. Y aún en el caso que fuera posible no sería aconsejable ya que podrían perder el control de la empreas en el transcurso de estas operaciones (ya sea por consecuencia de que se diluya la participación mayoritaria en el accionariado o a las dificultades que pueden surgir por los pedidos). Esto es particularmente importante en la etapa de entrada y desarrollo de nuevos mercados. Utilizando los productos de la banca tradicional usted dispone de dos opciones. Puede aumentar su descubierto no penalizado o pedir un préstamo a corto plazo. Estas opciones deberían ser viables cuando dispone de una buena cartera de pedidos nacionales y una buena relación con su banco. Su éxito dependerá de la efectividad con la que puede convercerles.
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