Esta tarea se define como la programación de las operaciones de flete y transporte para conseguir los objetivos de distribución marcados y conseguir que los productos lleguen a los clientes. Para los exportadores esta tarea se complica debido a la cantidad de trámites burocráticos a complementar y a las necesidades de transporte multimodal. En la mayoría de los casos se utilizan empresas de transporte, pero puede ocurrir que los clientes se encarguen de la recogida de los productos. Aún en el caso que los compradores recojan los productos en la misma factoría la empresa deba supervisar cuidadosamente el proceso para conseguir los máximos ahorros.
Una vez se ha producido el pedido su prioridad debe ser organizar el transporte, embalar los bienes y asegurarlos para que lleguen sanos y salvos a su destino. El volumen de la documentación necesaria para la exportación es considerable por lo que es necesario que se organice bien al respecto de forma que la esta esté disponible cuando se la necesite.
La distribución itnernacional de los productos añade complicaciones y riesgos a su distribución u entrega. El paso de los productos por las aduanas complica el proceso: el pago de derechos aduaneros y el cumplimiento de las leyes del país importador. Un mayor tiempo en tránsito significa que los bienes estarán expuestos al riesgo de que los roben, se estropeen y lleguen con retraso. Estos riesgos se acentúan de manera muy especial cuando los bienes tienen que cambiar del medio de transporte. Además es posible que tenga que empaquetar los bienes de manera diferente para que se adecuen a las restricciones que imponen las prácitas de comercio internacional.
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